AVA-ASAJA advierte que el pacto con Marruecos da alas al ‘Plan Verde’, que planifica doblar su cosecha citrícola

AVA-ASAJA rechaza las nuevas concesiones dadas por la Comisión Europea (CE) a Marruecos en materia de frutas y hortalizas y advierte que a me­dio plazo podrían tener un efecto demoledor sobre el sector. Dos de los cultivos más per­ju­dicados por la renovación del Acuerdo de Asociación entre la UE y el Reino Alauita serán los tomates, en los que la Comunidad Valenciana es la cuarta productora nacional y en se­gun­­da instancia, los cítricos, en la que es la primera.

 

 

“Tras la macromanifestación del día 21 en Madrid, el Gobierno se quiso colgar la medalla de que había logrado suspender el acuer­­do pero lo cierto es que ya está todo cerrado y que éste ha sido el primer fiasco en el pro­ce­so negociador ahora abierto con el ministerio. El ministerio ha demostrado ser una ma­rio­neta en manos de Bruselas, que con la complacencia de nuestro Gobierno ha vuelto a dar un trato vejatorio a la agricultura mediterránea, permitiendo que la usen otra vez como mo­ne­da de cambio”, denuncia Cristóbal Aguado.

 

El nuevo acuerdo supone prácticamente la libertad total de acceso a la UE de todas las frutas y verduras procedentes del país norteafricano. Sólo tendrían contingentes (tone­la­jes máximos anuales) ciertos pro­ductos sensibles como el calabacín, pepino, clementina, fresa y tomate, que también me­jo­rarían sus condiciones de entrada. Todas las variedades de cítricos han salido pues re­pre­sa­­liadas, desamparadas por Bruselas frente a una pro­duc­ción que usa el dumping social, eco­nómico e incluso fitosanitario como principal baza com­pe­­titiva. “La CE ha castigado al sector hortofrutícola y ha optado por premiar la agricultura que compite de forma más desleal, con costes de producción, salarios o usando  filosa­ni­ta­rios que aquí no se permiten”, señala Aguado.

 

Efectivamente, las na­ran­jas –que hasta el momento tenían un contingente de 306.800 toneladas- se quedarán sin tal barrera y además verán reducido un 30% el precio mí­nimo ahora en vigor. Las mandarinas, que ya no lo tenían, se verán afectadas por ésa mis­ma reducción en el precio de entrada. Por último, la CE ha accedido a que las cle­men­tinas marroquíes disfruten durante el periodo com­prendido entre noviembre y febrero (cuan­do se sabe que se forma en el mercado un cuello de botella que suele colapsarlo) de 50.000 toneladas más de cupo, hasta llegar en ése periodo a las 170.000.  Para justificar tal des­pro­tec­ción, la CE ha esgrimido que Marruecos hasta el mo­men­to no había logrado nunca superar los tonelajes establecidos. Para Aguado tal cosa no es más que “una verdad a me­dias porque el efecto de la irrup­ción de las na­ranjas ma­rro­quíes en la UE es muy grande, por­que son usadas por la gran dis­tribu­ción pa­ra hun­dir los precios de las españolas”.

 

AVA-ASAJA advierte en este sentido que si la pro­duc­ción y exportaciones citrícolas del Reino Aluita no han crecido demasiado hasta el momento, ni ocupa mayo­res cuotas en la UE es –entre otros mo­tivos- porque las bajas cotizaciones eu­ro­peas in­vi­­­tan a colocar sus na­­­ran­jas, bien en su mer­ca­do interior bien en países co­mo Rusia.

 

Pero tal cir­cuns­tancia, da­do el desarmamiento arancelario brindado, podría cam­­biar en breve, cuando el Plan Verde que ya se ha comenzado a aplicar y que también cuenta con la financiación de fondos de de­sa­rrollo de la UE, dé sus pri­me­­ros resultados. Buena prueba de las expec­ta­ti­­vas citrícolas ge­neradas por este acuer­do co­mercial son los objetivos marcados para este cul­tivo, su se­gun­da gran apuesta tras el olivar: Marruecos ha pla­ni­fi­ca­do que, antes de 2020, dis­pondrá de 108.900 ha. y habrá logrado duplicar su producción actual hasta los 3,2 millones de to­neladas.   

 

 Por todo ello, la organización agraria reclama que España vote en contra del acuerdo en el Consejo de Ministros que debe ratificarlo y que fuerce una revisión de los contenidos del mismo.

 

 

 

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